La ceiba o bien conocida como yaxché, es uno de los árboles sagrados en la cultura Maya y es considerado como el árbol de la vida, el cual relatan los mayas que el primer hombre surgió de este emblemático árbol.

En la cosmovisión maya, el centro está representado por una Ceiba y los tres niveles cósmicos salen de ésta: la Ceiba nace del centro de la tierra, sus troncos y ramas sostienen el cielo y sus raíces penetran en el inframundo maya.

Es un árbol dominante en las selvas y puede llegar a medir hasta 70 metros. En invierno pierden sus hojas y según la cantidad de hojas que producen en primavera y verano los antiguos mayas predecían la fertilidad de las cosechas. Sus flores amarillas o doradas son grandes, hermosas y perfumadas, con pétalos aterciopelados, las cuáles dan un fruto que cuando está maduro se abre para que las semillas sean dispersadas por el dios del viento IK. Éstas, gracias a una textura tipo vellón, vuelan por la selva.

La Ceiba tiene propiedades medicinales: cociendo su corteza se tratan heridas, reumatismos y sirve como antiespasmódico diurético; con su resina se puede curar enfermedades intestinales; sus hojas contienen alcanfor que ayuda a la cicatrización de las heridas y posee propiedades desinflamatorias para tumores y dolores de muelas; con la coacción de sus flores se combaten los sarpullidos y las quemaduras; entre otras.

Este majestuoso árbol puedes encontrarlo desde las selvas bajas de Riviera Maya hasta las selvas altas de Chiapas.

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